La despedida de soltero es una forma divertida de celebrar el final de la vida de soltero y el comienzo de la vida de casado. Algunos se vuelven locos en Las Vegas, otros disfrutan de una celebración tranquila con unos pocos amigos: hay muchas maneras de conseguir ese último “huzzah”. Mitch White planea hacer un relajante viaje en canoa con sus mejores amigos. Lo que el futuro novio no sabía era que este viaje se convertiría en una misión para rescatar a un perro viejo atrapado en el barro. Es una despedida de soltera que seguramente no olvidará.
No todos los días una despedida de soltero salvaje se convierte en una misión de rescate de perros
Un buen día, Mitch, un joven novio, reúne a sus mejores amigos y emprende una excursión en canoa para celebrar su próxima boda. Se suponía que esta despedida de soltera giraría en torno a la naturaleza y los vínculos. ¿Y qué mejor manera de crear vínculos que rescatar juntos a un cachorro?
Poco después de que el grupo almorzó y reanudó su viaje, el nieto de Mitch, Gaylen Fraenkel, escuchó un ladrido triste. Todavía no habían conocido a nadie, por lo que era muy poco probable que fuera el perro de algún campista. El joven decidió dar la vuelta al barco para asegurarse de que todo estaba bien. Y lo bueno que hizo: un perro desesperado se quedó atrapado en un lodo espeso y usó sus últimas fuerzas para pedir ayuda.
Tras una inspección más cercana, descubrieron que el pobre era el anciano San Bernardo. Estaba muy delgado y exhausto con un desagradable tic en el ojo. El resto del grupo dio la vuelta a la canoa y saltó para ayudar. El barro era tan profundo y espeso que todos cayeron de rodillas. Pero no dejaron de intentar rescatar al perro, utilizando el remo como pala para sacarlo.